Mujeres que alimentan sueños: un compromiso diario en los barrios
Romina, Graciela, Anabel y Débora son referentes de organizaciones beneficiarias de BAR que día a día en diferentes barrios del Gran Rosario y junto a otras mujeres toman el compromiso de brindar ayuda alimentaria a los vecinos de la zona.
La indiferencia no es opción para quienes ven necesidades a diario y deciden tomar el compromiso de ayudar a sus propios vecinos en diferentes barrios de la ciudad. Es el caso de muchas mujeres que asumen la responsabilidad de hacer algo para cambiar la realidad.
“Creemos que el buen camino es estar con el que más lo necesita y ayudarlo”, comenta Romina Ledesma, presidenta de la Asociación Civil El Buen Camino que funciona en la localidad de Granadero Baigorria.
En la zona oeste de la ciudad hacen lo propio desde la Agrupación Villarruel Villeros del barrio Avellaneda Oeste. Allí Graciela Romero, referente del lugar, comenta que en la zona “hay muchos que no tienen ni un plato de comida”. Por eso reparten alimentos tres veces por semana.
Por su parte, en el barrio Cristalería, desde la Organización Cien Evitas, brindan meriendas y cenas a más de 60 familias de la zona. Además en épocas de clases realizan talleres de apoyo escolar para los niños que toman la merienda. “Sabemos lo que cuesta llegar a fin de mes, sostener una familia de tres o cuatro integrantes. Imaginense la necesidad de una familia que tiene ocho integrantes, nosotras trabajamos con más de diez familias que tienen ocho niños y esto es como un granito de arena que aportamos a su mesa”, indica Anabel Moreira, una de las referentes de la organización.
Además de ocuparse de lo urgente, como es el caso de la asistencia alimentaria, en estos espacios barriales se da respuesta a otro tipo de necesidades. En El Buen Camino se brindan cursos de panificación “para que las chicas puedan trabajar con las harinas que les entregamos y también para que ellas tengan una salida laboral”, nos comenta Romina.
Por su parte, Graciela cuenta que con las últimas lluvias torrenciales que afectaron a diferentes zonas de la ciudad tuvo que ponerse en movimiento junto a su esposo para conseguir chapas, colchones y otros elementos materiales que se habían perdido a causa de las inclemencias del tiempo. “Sabemos lo que es luchar por la necesidad, buscamos adaptarnos a lo que la gente necesita”, indica la referente de la organización.
Desde el Banco de Alimentos Rosario impactamos en más de 300 organizaciones sociales de diferentes barrios del Gran Rosario. Día a día acompañamos las diferentes realidades y buscamos responder a las necesidades de estas organizaciones sociales.
Por eso llevamos adelante no solo la entrega de alimentos sino también diferentes programas que surgieron a partir de diferentes alianzas con otras instituciones y de la búsqueda de respuestas a las realidades en territorio.
El rol de las mujeres
No es casual que gran cantidad de referentes de organizaciones barriales sean mujeres y su rol es clave a la hora de liderar procesos que busquen cambios en la realidad social de los barrios.
“Pienso que la mirada de la mujer es muy importante en el trabajo social porque la mujer sabe lo que es decirle a un hijo que no tiene o no puede comprarle algo. A nosotras nos pasó con los útiles escolares que muchas madres no podían comprar, así que enseguida comenzamos una colecta rápida”, asegura Romina.
Por su parte, Anabel cuenta desde su propia experiencia las complejidades de sufrir la necesidad y lo mucho que la ayudó vincularse a la organización de la que forma parte. “Yo soy una mujer que tuvo dificultades económicas y estar acá me salvó, volví a vivir. Que los chicos que vienen a tomar la merienda acá nos digan gracias no tiene precio, es algo que no se paga con dinero”, indica la referente barrial.
El compromiso de alimentar sueños
“La alimentación es fundamental, es muy importante, no queremos que nadie se vaya a dormir sin comer, eso nos golpea al corazón”, admite Romina y resalta que “la alimentación es necesaria para que los niños puedan desarrollarse, crecer fuertes, tener un buen nivel en la escuela.
Débora Medina es referente de la Organización Cien Evitas y resalta que “lo que uno hace lo hace con amor, por ver la felicidad de una familia que se siente respaldada, que no le soltamos la mano en momentos difíciles y esto hace que seamos una familia gigante”.